Henos aquí reunidos

Como bien lo dice este capítulo del libro, en lo primero que nos fijamos cuando nos encontrámos en un lugar es en la imagen más familiar para nosotros, y no es un árbol, las montañas, ni el sol, sino que nos fijamos en la presencia humana. Ya que al momento en que llegamos a la tierra, llegamos a nuestro mundo, el mundo de los humanos. Por eso al llegar a él debemos aprender a vivir con más humanos, a relacionarnos con ellos, debemos aprender a  vivir en sociedad. Esta sociedad es la que nos irá formando como personas, nos irá formando hábitos, pensamientos y rutinas a las que nuestro cuerpo deberá irse adaptando poco a poco.
    Pero, ¿de qué está compuesta esa sociedad?, bueno, la sociedad no sólo se compone de personas u objetos, sino que también está compuesta de un lenguaje, de memoria compartida, de costumbres, de leyes.
En la sociedad existirán obligaciones , prohibiciones, premios y castigos. Podriamos decir que vivir en sociedad es ir recibiendo día a día diferentes tipos de información, algunas que nos deberemos guardas y otras que deberemos gritar a los cuatro vientos para ser aplaudidos. La sociedad nos estimulará y nos invitará a sentirnos amparados en terreno conocido, ya que , la sociedad está pensada por hombres como nosotros y para hombres como nosotros. Por eso, debemos ser astutos y comprender todas las razones de su organización, de sus leyes, para utilizarlas a nuestro favor. Entonces diremos que nuestra naturaleza es la sociedad, ya que aquí nos sentimos nosotros mismos que seres humanos que somos.
               Decimos que la sociedad sociedad nos sirve (nos proporciona muchas cosas que nosotros utilizamos a nuestro favor), pero también debemos servila. Debe ser al recíproco, para que ella me dé cosas que a mi me sirvan nosotros debemos ponernos a su servicio. Todas las cosas que nos proporciona vienen acompañadas también de imposiciones. Entonces, siempre estoy comprometido con la sociedad, incluso más de lo que uno quisiera. Es ahí donde muchas veces nace la rebeldía, nos surgen ideas como: ¿por qué debo respetar todas esas reglas y obligaciones si yo no las he inventado?, ¿de dónde vienen?, ¿pueden ser cambiadas de forma que me resulten más a mi gusto?. De estas preguntas nace un punto muy importante.
Las leyes e imposiciones de la sociedad son siempre convenciones. Éstas no forman parte inamovible de la realidad, tampoco brotan de la voluntad de algún dios misterioso, simplemente han sido inventadas por hombres y pueden ser modificadas o  anuladas por un nuevo acuerdo entre humanos. Muchas de estas convencionen tienen efectos decisivos sobre nuestras vidas y si no tubieras algunas de ellas simplemente no sabriamos vivir. Podemos decir que estamos llenos de convenciones (las importantes) para que nosotros podamos tener una organización. Como la convenciones vienen en parte del instinto, su objetivo es la supervivencia de la especie.
                 
   
                       

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